Hola, gracias por venir a leer mi blog. Quiero compartir contigo mi historia desde cuando vine a vivir a los Estados Unidos con una discapacidad fisica y como Dios ha sido mi Fortaleza a travez de todo lo que he pasado. El ha sido fiel. Espero que las lecciones que he aprendido en mi camino te inspiren y ayuden a vivir “Dia tras Dia” en tu camino.

21 de junio de 2010

La Silla

Durante la primera semana en el departamento, no me era posible salir debido a las gradas en la entrada. Conseguimos un carpintero para que hiciera una rampa y una pequeña plataforma directamente en frente de la puerta para que yo tuviera un lugar donde dar la vuelta y salir y entrar de frente antes de que la inclinación comenzara. Fue una buena construcción que sobrevivió la lluvia, la nieve y también el sol abrasador en el verano durante todo el tiempo en que estuvimos allí. Y probablemente ¡todavía sigue en uso! Aquí esta una imagen de la rampa. En la izquierda de la fotografía se puede ver (un poco oscuro) un muro que estaba sosteniendo tierra y plantas, justo en frente de nuestra puerta y nuestra ventana.

Todavía no teníamos muebles y Vic usaba un cajón de plástico para sentarse y usábamos la mesita de mi silla de ruedas como nuestra mesa de comedor. Nos prestamos algunos platos y ollas de la mamá de Vic y comenzamos a cocinar allí.  Era divertido comenzar a hacer estas cosas. Muy pronto trajimos algunos de los muebles antiguos de Vic y compramos algunos nuevos, así como nuestros utensilios de cocina. Yo sabía cocinar, aún cuando no solía hacerlo regularmente cuando estaba en Lima. No tenía tiempo ni la necesidad ya que siempre tuve alguien que me atendiera. Primero mi mamá y luego tuve a una empleada quien me ayudaba haciendo todos los quehaceres domésticos.  Aquí podía cocinar si es que adaptaba todo a la altura correcta para que yo pudiera alcanzar las cosas que necesitaba para poder hacerlo.  Así que organizamos las cosas lo mejor que pudimos. ¡Señor! ¡De hecho extrañaba a mi empleada para que me ayude con los quehaceres! (Bueno, la extrañaba a ella también. Yo la quería como a una hija).  Pero este era mi trabajo ahora y todo lo que puedo decir es que aprecié más que nunca todo lo que mi familia y ella hicieron por mí diariamente.

Un día, cuando visitábamos a la mamá de Vic, vi un comercial en televisión acerca de una silla de ruedas motorizada y cuanta independencia puede brindar a alguien como yo con una discapacidad.  Yo las había visto en Canadá hacia años atrás pero nunca tuve una. Este parecía el mejor tiempo de mi vida para tener una.  Estas sillas cuestan mucho dinero pero son también el tipo de equipo médico que una póliza de seguro médico cubre y yo estaba asegurada por el seguro médico de Vic provisto por su empleador, así es que, que mejor oportunidad que ésta de tratar de conseguirla. Así es que pedí un video y una demostración personal en casa.  Días después, fueron a nuestro departamento y nos enseñaron todas las funciones de la silla. Era muy buena, ¡impresionante! Pero decidimos que queríamos buscar y ver otras opciones. Así lo hicimos y encontramos una silla aún mejor! Aquí estoy bajando la entrada de autos con mi mamá:

La silla tenía más que suficiente estabilidad para bajar la empinada entrada que teníamos. Nos dieron la demostración y yo la pude probar! Fue grandioso! Pero yo estaba realmente asustada tratando de bajar la entrada de autos, pero era seguro. La compañía de seguros pagó la silla después de que mi doctor les envió la información que probaba que tengo una razón médica para tener una silla como ésta. Nosotros pagamos una mínima tarifa de los miles de dólares que costó. Gracias a Dios por Su provisión!

Un par de semanas después más ó menos, me entregaron mi silla nueva. No puedo siquiera explicar cuan emocionante fue ésa experiencia.  Aprender a manejar la silla dentro de mi departamento fue muy fácil para mí. La silla me dió una libertad que nunca había experimentado en mi vida anteriormente, excepto cuando aprendí a manejar auto muchos años atrás  por supuesto, pero esa es una historia diferente.

La nueva silla me dio la habilidad de moverme mucho más rápido alrededor de mi casa y también de cargar cosas con una mano y manejar la silla con la otra, lo cual realmente no puedes hacer con una silla manual, necesitas tus dos manos para manejar. También, una de las mejores funciones que la silla tenía era un elevador de asiento. Podía subir y alcanzar cosas que normalmente no estaban a mi alcance como algo en el botiquín del baño o repostero de la cocina.  Después de un tiempo corto de aprender a controlar la silla bien adentro de la casa, fui a explorar mi pequeña ciudad. Al principio, le pedía a Vic que bajara conmigo la entrada de autos para que no me asustara tanto y hasta que me acostumbrara a la sensación de bajar en una inclinación tan empinada como ésa. Creo que nunca me deshice completamente del temor de bajar. Sólo me acostumbré a hacerlo a pesar de él. Pero bajé y salí  por aquí y por allá y fue ¡maravilloso!

Con mi silla podía ir a sitios diferentes, teníamos bancos y supermercados y tiendas y otros lugares. Yo acostumbraba a ir a comprar víveres, al banco ó a la farmacia. No teníamos muchas veredas pero por lo menos las calles más importantes las tenían así como los centros comerciales de alrededor. Teníamos dos. Ir a estos lugares me hacía sentir bien. Tener la capacidad de hacer todas estas cosas por mi misma cuando Vic estaba trabajando o con él cuando íbamos a pasear juntos o a hacer algo alrededor del vecindario era una fuente de gozo para mí. Me hizo apreciar las cosas simples de la vida que nunca hice por mi misma antes y estaba agradecida de que siempre tuve alguien que las hiciera por mí. Estas experiencias me hicieron apreciar la vida en un nivel diferente, en las cosas más simples y pude darme cuenta de que no debemos tomar las cosas por sentadas.


¡Volveré con más la próxima vez!

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Por favor escribe tus comentarios aqui