Hola, gracias por venir a leer mi blog. Quiero compartir contigo mi historia desde cuando vine a vivir a los Estados Unidos con una discapacidad fisica y como Dios ha sido mi Fortaleza a travez de todo lo que he pasado. El ha sido fiel. Espero que las lecciones que he aprendido en mi camino te inspiren y ayuden a vivir “Dia tras Dia” en tu camino.

16 de agosto de 2010

Debilidad

 ¡Aqui estoy! No, no he abandonado a mis lectores. Despues de casi un mes de silencio debido a que mi computadora paso a mejor vida y se fue complicando la mia, aqui estoy otra vez. Continua la segunda parte de la historia.

En los días en que estuve en el hospital, me sentía muy vulnerable. Yo he tenido varias operaciones en mi vida causadas por mi discapacidad, pero esta vez algo era muy diferente. Esta vez no tenía a mi familia conmigo. Y así es como funciona, cuando estás enfermo tu ¡quieres a tu mami! Y eso quería yo y recuerdo que la siguiente noche después de la operación yo estaba hablando por teléfono con mi mami y mi hermana en Perú. También mi hermano y su esposa vinieron a visitarme al hospital esa noche. Por lo menos ellos vivían en el Estado de al lado así que era un poco más fácil verlos. Eso ayudó.
Después de una semana pude regresar a casa. Antes de dejar el hospital, la doctora residente intentó ponerme una transfusión de sangre para reemplazar un poco de toda la sangre que había perdido. ¡No se pudo! Mis venas simplemente rechazaron recibir ¡cualquier cosa! Cada vez que ponían una aguja adentro, mis venas parecían empujarlas hacia afuera… Finalmente, después de 2 o 3 veces yo dije que ya era suficiente y me fui a mi casa. Ya no he tenido ese tipo de problemas desde entonces.

Cuando salimos y estábamos en la vereda antes de entrar en el auto,  pude ver mi reflejo en una de las paredes de vidrio del hospital y me chocó ver mi cara blanca ¡como un papel! Se veía muy mal y me dio nervios; nunca me había visto a mi misma o a otra persona con ése color. Estaba muy anémica y los doctores me advirtieron que me iba a sentir muy débil y que necesitaba descansar y estar acostada lo más que pudiera. Como estaba sentada por mucho tiempo, la sangre no iba a tener fuerza suficiente para subir al cerebro mucho y yo me iba a sentir mareada.

Cuando llegamos a casa nos dimos cuenta de que yo iba a necesitar más cuidado del que pensamos.  No tenia energía, no podía cocinar o ni siquiera permanecer sentada en mi silla por largos períodos de tiempo. Vic tomó un par de días libres pero después tenía que regresar a trabajar, no le quedaban mas días de vacaciones y no teníamos a nadie que pudiera cuidarme durante el día. ¡Teníamos un problema! Gracias a Dios, mi hermana voluntariamente ofreció venir desde Perú para cuidarme por un par de semanas. Esa fue la provisión de Dios para mi necesidad en ese tiempo.

Yo me levantaba y me iba a sentar en el sillón de la sala porque no quería quedarme en cama. Me sentía bien por cortos períodos de tiempo, pero así como los doctores dijeron, de pronto me sentía muy mareada y débil y tenía que echarme inmediatamente para que la sangre suba a mi cerebro. Era una sensación muy extraña que nunca experimenté antes ni después de ese tiempo. No era agradable sentirme de esa manera. De hecho no podía hacer nada porque me sentía muy débil como para hacer algo. Así que era un poco aburrido. Pero por lo menos estuve con mi hermana durante el día y ella cocinaba para nosotros. Después Vic venía después del trabajo y compartíamos, eso era divertido.

Mi hermana y yo una vez tuvimos una anécdota graciosa que nos pasó. No teníamos mucha experiencia usando el horno de microondas en ese tiempo, y yo usaba el microondas bastante para cocinar. Un día yo quería que ella cocine un bistec que estaba en un contenedor de plástico en el microondas. Ya que yo normalmente usaba contenedores de plástico para calentar la comida que ya estaba cocida por un minuto (ya no lo hago), y el contenedor supuestamente era seguro para usar en el microondas, yo pensé que también se podía cocinar en él y ella no sabía así que siguió mis instrucciones. Ella puso la carne en el microondas y yo le dije que la deje cocinar por ¡15 minutos! Entonces la carne comenzó a oler muy bien, casi como carne a la parrilla y yo estaba contenta. Cuando el tiempo terminó, el contenedor de plástico estaba casi consumido porque se había derretido sobre la carne y la carne ¡estaba quemada! ¡Esa fue la carne que no comimos ése día! Pero ciertamente nos hizo reír y todavía me hace reír cada vez que me acuerdo y también aprendimos una buena lección!

Después de un par de semanas pasaron, mi hermana tuvo que volver a casa, pero yo ya estaba prácticamente recuperada. Por lo menos podía pasar más tiempo sentada y en mi silla. Me sentía un poco débil todavía pero ya podía hacer algunas cosas otra vez. Sólo estaba un poco tembleque emocionalmente y tengo que admitir que estaba un poco asustada de quedarme sola en el departamento pensando qué haría si me sentía mareada otra vez. Pero gracias a Dios no sucedió. Sólo tenía que adaptarme a la vida usual nuevamente. Después de una semana de que ella se fue, yo volví a todo lo normal.

Sólo una cosa me queda por decir, no hay nada como tener a tu familia cerca de ti en tiempos de necesidad. Yo soy bendecida mas allá de lo que uno se pueda imaginar con la familia que tengo. Ellos siempre están allí disponibles para mí no importa lo que sea ó donde sea… Gracias hermanita!